lunes, 9 de diciembre de 2013

Cenas de empresa navideñas

Estamos en la época del año en que todavía quedan algunas empresas en que celebran cenas antes de Navidad para el personal que todavía subsiste en ellas. 


Y hay empresas que ya no las celebran, porque no pueden, porque no quieren o porque, simplemente, la empresa ha dejado de existir. 

El fin de semana-puente pasado hicimos una cena navideña de departamento. Eso quiere decir, 

1. Lo evidente, que no fuimos toda la empresa, sólo el departamento en el que trabajo.
2. Que nos la pagamos nosotros mismos. Y hay que decir que nos salió muy bien de precio. 

La cuestión es que esta cena se lleva preparando desde hace un par de meses (no mallorquines, de los normales), y en cierta manera me apetecía y no me apetecía ir. Pero, al final, me decidí a ir. Y claro, empezó todo...

- Aras, ponte guapa que vamos a ir súper arregladas... En plan loba.
- Buf, qué pereza. De loba no me veo pero, en fin, al menos me pondré falda, que ya es mucho. 
- Tú, arréglate.

Y claro, tuve que comprarme algo de ropa porque, sinceramente, siempre voy desfasada y mi armario da pena. Y me fui con Nisi de compras. El problema siempre que nos vamos de compras es que si la una es una indecisa la otra lo es más...

- Nisi, ¿te gusta este este jersey?
- Bueno, tiene muchas rayas, pero te queda bien. ¿A tí te gusta?
- Hmmmm... No está mal para ir a trabajar, y me queda bien. Y es barato.
- Pues llévatelo.
- ¿Te llevarías dos iguales pero de distinto color?
- ¿Por qué? ¿Tanto te gusta?
- Bueno, no sé, como me queda bien... 
- Hombre, si tanto te gusta llévatelo, pero sino, no te lo lleves.
 - Hmmmm... Me lo pienso... Cojo éste y luego ya veremos.


Y así, hasta el infinito. Cuando no es la indecisión es la salida del planning previamente establecido: 

- Bueno, ya que pasamos por aquí, me paro a comprar té que ya sé lo que quiero (expresión muy importante para tema compras).
- Vale, yo también debería, pero no sé, tardaremos mucho porque yo no sé lo que quiero, y no tenemos tanto tiempo. Pero primero entramos en aquella tienda.
...
- Venga, mientras tú pagas, yo me voy a la tienda de té.
- Vale, ahora te vengo a buscar y, a lo mejor, compro algo.

Pero, finalmente, no compré nada porque sino, hubiéramos entrado en un bucle infinito, y no teníamos tiempo.

Igualmente, debo decir que esta vez conseguimos los objetivos pre-establecidos (cosa rara) y yo no divagué demasiado (cosa más rara aún). Así que, después de un par de horas dando vueltas por el centro de la ciudad, conseguí el kit de la cena navideña (zapatos, medias y un jersey, muy bonito, por cierto). También debo decir que hubo productos fuera de objetivo, pero sino, no seríamos nosotras. 

Y después llegó el día de la cena que, por poco me lesiono en el baño de mi casa y no puedo ir. Ya me veis, toda mona, divina, con mi faldita, mi jersey nuevo, mis medias y mis zapatos con un poco de tacón, pintadita, duchada y perfumada, intentando hacer lo último que tenía que hacer, pintarme los labios... Pues nada, estaba a punto de ponerme el pintalabios cuando mi pie derecho adquirió vida propia y decidió irse de paseo a patinar por el baño. Resultado: me quedé espatarrada en el suelo con todo el equipo al completo. Menos mal que no me hice daño, y menos mal que no me hice ninguna carrera, ni se me rompieron los trapitos que llevaba. 

Ah, y después de camino a la cena, se quemó un coche en la autopista y, claro, bomberos, guardia civil y toda la pesca... Al menos fue en sentido contrario... Pero la cola también se forma, para mirar, claro. 

Y para colmo, cuando ya estábamos todos sentados en una mesa de casi 30 personas, viene mi jefe desde el otro extremo y se me pone a preguntar si había entregado un informe y si el lunes lo podría tener hecho... ¿Perdón? ¿Trabajo? Ni que guapa estás, ni "Anda, Aras, llevas falda", ni ná de ná. En fin... 

Mal presagio para una noche fiestera, pero realmente me lo pasé bien. Comimos bien, bebimos todo lo que quisimos o pudimos, bailamos, cantamos, nos reímos con un montaje de fotos antiguas... Un exitazo para un día al que no le daba muchas posibilidades.

Por eso, y aunque me cueste dinero, siempre preferiré las cenitas montadas entre los compañeros del curro que las montadas por los jefes. Ahora, para la próxima, si no cambia nada, no hay que invitar al jefe! Anotado. 

5 comentarios:

  1. Yo mañana tengo la mia. Seremos 180 personas. Pero esta es de las que paga la empresa =)

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    1. A nosotros nos invitarán a una copa de cava y un poco de picoteo... Creo... Eso es lo que han hecho los últimos años... Para unas 80 personas, aproximadamente. Ya veremos...

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  2. Ostras, no me acordaba del momento té "Venga, mientras tú pagas, yo me voy a la tienda de té." XD Ah, y quiero un jersey como el tuyo, pero el negro, ¿cuándo vamos a comprarlo?
    Creo que esa tarde de compras ha sido de las más fructíferas de nuestra vida fraternal.

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    1. El miércoles... Ampliamos objetivos compras! Jajajaja. A ver si nos va tan bien!
      Pa mí que ha sido la tarde más fructífera! Yo creo que fue la presión del tiempo... O que nos hacemos mayores... O que maduramos... O, yo qué sé.

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  3. Si buscáis zapatos cómodos y a la vez elegantes para vestir seria o informal, os recomiendo los zapatos de la marca PATRICIA. Son como una segunda piel y en una cena de empresa lo más importante es ir cómoda.

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