miércoles, 31 de diciembre de 2014

Listas y buenrollismo... Las 14 cosas


 El año pasado se inició ese gran proyecto buenrollista de la lista (o lo que fuera) de cosas buenas que nos habían pasado durante el 2013. Y como era, y sigo siendo, un desastre no llegué a tiempo a que me publicaran mi lista de 13 cosas, pero sí un post buenrollista.

Como hay cosas que no cambian, aunque una lo intente y como, además, este año ha tenido un gran éxito el buenrollismo de las catorce cosas, pues mis 14 cosas buenrollistas no han llegado a tiempo (overbooking se llama), aunque sí mi post buenrollista del año. Por lo tanto, os vuelvo a deleitar con mi lista de 14 cosas del 2014, en este, mi blog. 

Espero que os gusten y que, además, el 2015 pueda hacer una lista de 15 cosas buenrollistas y que el blog de Gordipé y Bichejo tenga infinitamente más éxito. Y desde aqui, quiero darles las gracias por esta gran iniciativa ya que al menos, durante unos momentos, podamos recordar las cosas buenas del año y olvidarnos, en cierta manera, de las malas (que de esas siempre hay muchas). 

Bueno, no me enrollo más y aquí os dejo mi lista del buenrollismo 2014. 

1. Conciertos. Empecé en enero con el concierto de Duncan Dhu, ahí en plan súper mega fan dándolo todo. Emocionadísima porque nunca los había visto (y pensaba que nunca los veria). Y he acabado el año con Carlos Núñez. También en plan súper fan. Que si, que lo he visto muchas veces, que sí que me encanta y que sí, que no me canso de ir a sus conciertos. En medio quedó Marlango (encantada siempre con sus directos), y grupos de música de por estos lares que no son tan conocidos pero que son igual de buenos.

2. Teatro/musicales. Me encanta el teatro. Cada vez me gusta más. Me produce muy buen rollo esta faceta cultureta que me sale de vez en cuando. Y lo bueno es que cada vez vienen más obras y musicales a esta isla mediterránea, por lo que, la oferta cada vez es mayor. El diario de Adán y Eva, La Venus de las pieles, The Hole (esta última en Barcelona. Fantástica. ¡Qué risas!), Los Miserables (again de again. Me encanta. Súper fan. Y encima, con ofertón 2x1. ¿Qué más se puede pedir?), The Big Van Theory (monólogos científicos. Me encantó, la verdad). Y después, ¡cómo no!, mi amigo artistero, teatrero amateur, que ha hecho dos obras este año, Lokus y Ombres de dona. Y aquí, sí que sí, vamos en plan súper mega fan. En primera fila y haciendo fotos todo el rato. Ah, y los últimos monólogos de este año, Riky López, "Con la familia en cuerpo y Álmax". Buenísimo. Os lo recomiendo muy mucho. No me puedo quejar de este año. Ha sido buenrollismo cultureta total.

3. Menorca. Esta isla me da muy buen rollo. Esta isla tiene algo mágico. Me siento fantásticamente bien cuando voy a Menorca. Da igual que sea invierno, primavera, verano u otoño. Este año nos fuimos la friki pandi para Menorca un fin de semana, ya que una de nosotros se ha tenido que ir a vivir allí. Y claro, no nos quedó otro remedio que ir a verla. ¡Qué gran sacrificio! Jajajaja. El fin de semana fue fantástico, pero durante ese finde pasé la noche más buenrollista de este año. Fue LA NOCHE. Hacía muchísimo tiempo que no me reía tanto, que no disfrutaba tanto, que no me lo pasaba tan bien. ¡Qué noche! ¡Qué gran noche! Empezó regular, y acabó siendo única. Es Cau. Pepa. El de las maracas. El aficionado del atleti. Las habaneras. Es Castell. Pomadas. Controles de alcoholemia voluntarios. Vuelta al apartamento caminando. Inolvidable. Irrepetible. 

4. Italia. Again. Ya salió en mi lista de 2013. Pero es que este año he estado en ¡ROMA! y en ¡FLORENCIA!. Dos julios seguidos visitando Italia. Sueños cumplidos. Viajes soñados hechos realidad. Me gustaron muchas cosas pero, como no podía ser de otra manera, me quedo con el Puente Vecchio. Piel de gallina. Emoción. Ojos llorosos (¡menos mal que llevaba gafas de sol!). Fue EL MOMENTO. Siempre, desde que tengo memoria, he querido ir a ver este puente. Y claro, cuando estuve frente a él... No sé, fue emocionante. Italia me gusta, lo sabía antes de ir y lo corroboré después de visitarla la primera vez. Volveré. Seguro.

5. Energy Jump. ¿Qué es eso? Pues es una cosa que cansa mucho. Empecé a combinarlo con zumba al principio, pero luego nos cerraron la academia y dejé de zumbar (aunque sigo zumbada, eso no cambia), eso sí, seguimos haciendo clases de Energy en una carpa junto al mar, cosa que me encanta. Me gusta este ejercicio. Llego a casa cansada, me divierto, me río, modelo mi cuerpo (o se intenta) y, lo mejor, me mantengo en el peso que alcancé el año pasado, mi profe es la leche y las compis de clase también. Todo eso hace que esté enganchada y que no pueda dejarlo. Ya veréis cuando volvamos a retomar las clases después de las fiestas... Miedito me da. 

Os dejo una foto para que os hagáis una idea... O no.


6. Mis amigos. Muchas de estas cosas no podrían ser lo mismo sin mis amigos. Los más antiguos, los medio antiguos y los más nuevos. Amigos que por muchos años que pasen y aunque no te veas mucho, sabes que están ahí y que te encuentras de nuevo y es como si no hubiera pasado el tiempo. Amigos con los que hablas cada día, a los que ves cada semana, que son ya como una parte de ti y que no recuerdas cómo era la vida antes de conocerlos. Amigos que se van por los mundos pero que siempre están ahí. Amigos laborales que lo son extralaboralmente.Todos ellos no son muchos, sólo unos pocos, pero son imprescindibles para que mi año sea buenrollista.

7. La family. Tanto la de sangre como la política. Sobre todo, este año ha sido ideal para ser consciente de lo importante que es tener una family. Hay momentos divertidos, hay momentos de enfados, hay momentos tristes pero, en definitiva, la necesitas, te necesita. Y es así.

8. Mi coche nuevo. Que sí, que ya sé que es materialista, pero me encaaaanta mi coche nuevo. El viejecillo también me encantaba, pero el nuevo es lo más de lo más. Pensad que cada día me echo a la espalda 80 km, por lo que tener un coche decente es importante. Mi 308 blanco reluciente. ¡Qué bonito que es! ¡Qué cómodo! ¡Cuántas cositas tecnológicas tiene! Mi buenrollismo materialista del año. 

9. Un día en el mar. Si en Menorca fue LA NOCHE, este día de verano en el mar fue EL DÍA. Un día en barca con amigos nuevos y viejos. Un día largo, tranquilo, relajado. Navegamos. Nadamos. Mantas-colchoneta. Medusas. Tarot. Cerveza. Confidencias. Comida casera buenísima. Sol. Sombra. Calor. Olas. Volar sobre las olas. Mi lado marinero surgió ese día. Cuánto disfruté. Irrepetible.

10. El blog y la blogosfera. Por seguir. Por no decaer. Este año he publicado (tachán) 1 post más que en el 2013. ¡¡¡Uau!!!! Pero bueno, al menos, no he decaído. Y sigo leyendo blogs. Y sigo divirtiéndome. Y me encanta. Y sigo a más gente, y más gente me sigue a mí. Y eso mola. Así que, muchas gracias seguidores nuevos y antiguos. Seguid ahí, no os vayáis, que el año que viene será mejor (espero). 

11. La música. La música es vida. Cada día escucho música. Cada día canto. Esté contenta o esté triste. La vida tiene su banda sonora y cada día la vas completando. Tengo canciones que no me canso de escuchar. Tengo canciones tristes, románticas, marchosas, clásicas. En castellano, en catalán, en inglés, en francés, en italiano... Da igual el idioma. Lo importante es lo que transmite. Sobre todo escucho música cuando voy y vuelvo del trabajo, en esos 80 km diarios. Y canto, sí canto. A grito pelado. Procurando afinar, aunque no siempre lo consigo. Hay días malos con músicas alegres. Hay malos con músicas tristes. Los días buenos siempre tienen músicas positivas. Hay días melancólicos. Hay días con mucha energía. Y la música los acompaña. 

12. El vino. Ya sé que es un poco alcohólico este punto, pero me encanta el vino. La cultura vinícola. Las catas. Aprender sobre vinos. Este año ha sido especialmente bueno. He ido a unas cuantas catas. He aprendido a decir palabras vinícolas y parecer que sé de qué va el tema. Me he reído mucho con mis compis de catas. He aprendido a probar muchos vinos sin emborracharme. He probado vinos espectaculares. Me hacen elegir el vino en las comidas (aunque me da un poquitín de vergüenza). Me encanta cocinar saboreando una buena copa de vino. Soy un pija del vino. Lo admito. Principalmente, del tinto. Y me gusta.Y lo disfruto. Así que espero aprender mucho más, de verdad de la buena.

13. La isla. Mi isla. La mayor de las Balears. Es uno de mis puntos buenrollistas constantes. Muchos días pienso en lo afortunada que soy por vivir aquí, por haber nacido aquí. Miro a mi alrededor y me encanta lo que veo. Respirar mar, respirar campo. Paisajes espectaculares. Puestas de sol indescriptibles. Amaneceres, principalmente laborales, de infinitos colores. Trenes antiguos. Montañas nevadas. Días de sol. Días de lluvia. Días de invierno. Humedad. Viento. Esa isla que no ven los turistas. Sa meva illa. Sa meva terra.

14. Mi último año de la treintena. ¿Que por qué ha sido buenrollista? Simplemente porque lo he podido vivir. En el 2015 empieza una nueva etapa, una nueva década en la que espero obtener muchas cosas buenrollistas. La treintena ha sido buena, muy buena. He llegado a un punto que me gusta, que me encanta y espero, como mínimo, conservarlo durante la próxima década y, si puedo y me lo propongo, mejorarlo. 

Y estas son mis cosas buenas de este año. ¿Cuáles son las tuyas? 

Anímate y date una vuelta por las Catorce Cosas. Te llenarás de buenrollismo para todo el 2015.

¡Feliz despedida del 2014 y Feliz 2015 para todos vosotros!

domingo, 21 de diciembre de 2014

La insólita amargura del pastel de limón (Aimee Bender)





Este libro me atrajo por la historia que contaba y, como siempre, por el título y su bonita portada. 


El libro cuenta la historia de una niña, Rose, que posee un poder especial: Notar a través del gusto los sentimientos de la persona, o personas, que preparan los alimentos que come. Por lo tanto, esto supone un calvario para ella pero, a su vez, puede llegar a descubrir secretos inconfensables del mundo que le rodea.

Es una historia extraña, no te deja indiferente. Además, cuando empiezas a leer piensas que encontrarás un historia bonita, tierna... Pero te encuentras una historia tan amarga como el pastel de limón que se come la protagonista (y a raíz del cual descubre su poder). La historia no se centra únicamente en el poder de Rose, cosa que me decepcionó a ratos, sino que habla de todo su entorno familiar, de la soledad de todos ellos: su madre, su padre, su hermano... Incluso la pequeña Rose. Por diferentes motivos, se sienten solos y lo vas sintiendo a lo largo de toda la historia.

Es un libro que no te deja un buen sabor de boca. Es un libro que empiezas emocionado y acabas un poco decepcionado, aunque la historia vaya mejorando con el tiempo. El final no me emocionó. Es bastante extraño, como todo el libro en general.

En resumen, no es un libro que me haya gustado especialmente. Decepción, es la palabra. Esperaba otra cosa, una historia contada de otra manera. 

En cuanto a la autora, Aimee Bender (Los Ángeles, 1969), no la conocía. Es el primer libro que leo de ella, y no tengo todavía muy claro si le daré una segunda oportunidad. Ya veremos.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Remembering Nisi

Hace exactamente un año, Nisi cumplió un año más. Eso significa que hoy cumple uno más que el año pasado, o lo que es lo mismo dos desde hace dos, o treintaimpares desde su nacimiento. Y por ello, le dediqué este bonito post hermanil

Pero este año, en vez de exaltar sus cualidades, voy a hacer una cosa sencilla. Voy a enseñar cómo era. Sí, sí, verdad verdadera. Allá vamos.

Nisi empezó siendo una pelotilla (por lo redondita) de ojos grandes. Casi no podía con ella. Y eso que yo ya era "grande", casi 3 años tenía. Aquí todavía no tenía flequillo. Por no tener, no tenía muchas cosas.



Creció un poco, y siguió siendo una pelotilla morena y sin flequillo (fijaos, fijaos en las piernas).


Y empezó a caminar, y le salió flequillo. Y a mí me salió un corte tipo casco en el pelo. Aquí todavía era muuuuuuuuucho más alta que la little Nisi. Ahora, ya no. Lo dejaremos en tablas. 


Y unos añitos más tarde éramos así de rebonicas. Con nuestros vestiditos, nuestros pelitos cortos, nuestros flequillitos. Y esos calcetines subidos hasta el infinito. Y ese amor fraternal. Una morena y una rubia. De eso tampoco ya no queda. Las dos castañas. Anda que no hemos cambiado.

 
Ya no te hago sufrir más. Por este año es suficiente. El año que viene más... Y mejor.
  
Y, como colofón, este fantástico vídeo cumpleañero (sí, lo podía haber rodado perfectamente con mis frikiamigos, la verdad, pero esta vez es el original).

Bueno, pues ¡Felicidades little!. Que disfrutes de tu día. Que te gusten los regalos. Y que lo celebremos mucho, que lo haremos, pero bueno, que lo disfrutemos.

Y que seas feliz todo el año. Y que te lo pases pipa. Y todas las cosas buenas que se me ocurren y no pongo, que sino tendría que hacer otro post. Pues eso, Molts d'Anys!

Y que todos disfrutéis del vídeo.

martes, 16 de diciembre de 2014

Otoño en las nubes

Ahora que quedan pocos días para acabar el otoño, aquí tenéis un pequeño resumen fotográfico de mi otoño en las nubes, con...

 ...días lluviosos, aunque calurosos.


...tardes de ejercicio tormentosas.


 ...atardeceres preciosisímos.


...días espectaculares junto al mar.


... amaneceres desde mi habitación en el pueblo.
 

 ... más tardes de ejercicio pero con bonitos atardeceres.



... mañanas culturales en Castillos junto al mar.
 

... atardeceres campaneros.
 

... ventanas no deseadas con vistas espectaculares
 

... paseos al atardecer.


 ... excursiones torrandiles.


 ... tormentas lejanas, y no tan lejanas.
 

 ... nuevos sitios donde comprar.


... "juguetitos" nuevos a estrenar.
 

... más días tormentosos.
 

... atardeceres on the road.
 

... mar, y más mar.
 

... atardeceres ventosos en el pueblo.


... días de trabajo espectaculares.
 

 ... finales de otoño tormentosos.



 Lugares que no me cansan de esta isla mediterránea. Muchos, junto al mar. Todos, en las nubes. En mis nubes.