Los años pasan y no te das cuenta, aunque parezca un tópico. Los buenosy los malos malos momentos también pasan y se transforman en recuerdos, en algo efímero que un día existió y que, en la mayoría de los casos, ya no puedes revivir.
No es bueno vivir de recuerdos, no es sano para nuestra mente porque algunos recuerdos pueden llegar a ser obsesiones y no te dejan vivir. También existen bonitos recuerdos que te hacen sonreír cada vez que los rememoras. Pero es necesario vivir el presente, no estar anclado en esos recuerdos todo el día, porque sinó vemos dejar la vida pasar por delante como si fuera una película, como si nosotros mismos no participáramos en la misma.
Hoy tengo un recuerdo malo y otro bueno.
El primero de ellos me hace pensar en que hace ya más de 15 años, un 21 de agosto como hoy, un acuario vividor se fue sin decir adiós y sin poder decírselo. Es un recuerdo que está en mi cabeza, que siempre estará, pero que no me obsesiona, y que influyó en mi forma de ser y de ver y vivir la vida. Carpe Diem. Es un recuerdo triste que aparece algunos años, no todos. A veces, simplemente es un recuerdo. Siempre de algo negativo puedes sacar cosas positivas, puedes evolucionar hacia mejor o, al menos, intentarlo.
El segundo, mi recuerdo alegre del día, simplemente fue un pequeño sonido que salió de mi ordenador mientras yo me estaba vistiendo en mi habitación. Un simple clic me hizo feliz, muy feliz, por cierto. Tenía que irme y no me fui, y se transformó en un bonito recuerdo. :-D
Recuerdos, siempre estarán ahí.
La foto ya es un recuerdo. Una tarde en Ses Covetes durante este verano. Calor, sol y el mar, el maravilloso y precioso mar!
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