viernes, 30 de enero de 2015

Mis 40 inviernos

Hoy es mi cumpleaños. Y este post está programado. Si todo va bien, habré cruzado el charco mediterráneo para empezar a celebrarlo. Digo empezar porque pienso estar de celebraciones un par (mallorquín) de fines de semana.


Así que este post es un post de celebración, ya que no se llega a los 40 todos los días. Y para celebrarlo, he pensado en copiar tomar prestada la idea de Gordipé. Me gustó mucho, y pensé que también podría intentar hacer algo similar. Así que allá voy, sin red ni nada.  

Estas son 40 cosas que me describen un poco. Hay más, pero las dejo para cuando cumpla los 50 jajaja.

- Adoro bailar. Ball de bot, principalmente, aunque también he ido a ballet, baile de salón y Bollywood.

- Adoro el mar. Vivir en un lugar sin mar me apagaría.

- Adoro reír. El humor es importante. Me gusta la gente que me hace reír, y hacer reír a la gente, pero soy mala contando chistes. Mucho.

- Canto, principalmente en el coche. Me da igual si desafino.

- Concateno pensamientos con mucha facilidad. Cuando alguien me cuenta algo, a lo mejor dice una cosa que me recuerda otra, que me recuerda otra, ... entrando en un bucle infinito de pensamientos. ¿Me escuchas? Claaaaaaaaaro.

- Cuando quiero algo, lo consigo... Si me lo propongo.

- Deseo estar rodeada de gente y, al mismo tiempo, estar sola. Soy una contradicción en mi misma.

- Despistada es mi segundo nombre. Pero observadora es el tercero.

- Dicen que soy inteligente. Yo no acabo de creérmelo.

- Dudo siempre. Por todo y para todo.

- El cine me apasiona. Antes me lo sabía todo. Ahora, no tanto. Sigo comprando la Fotogramas. Veo los Oscars, los Goya, y este año, los Globos de Oro y los Premios Feroz.

- Hablo dos lenguas indistintamente. Bilingüismo se llama. A la gente "forastera" le sorprende que los autóctonos isleños podamos mantener una conversación en dos lenguas. Así, sin inmutarnos.

- Hablo por los codos, o estoy callada como una tumba. Depende. Lo hago con quien quiero y cuando quiero. A mi pediatra nunca le hablé. Y me caía bien.

- Hago las cosas porque quiero hacerlas, no porque me obliguen o socialmente tenga que ser así.

- La fotografía me fascina, aunque últimamente le dedico poco tiempo.

- Las lentejas son mi trauma infantil. Y el puré. No puedo. Es superior a mis fuerzas.

- Las sorpresas me gustan, a veces. Les he dicho a mis amigos que ni se les ocurra hacerme ninguna fiesta sorpresa, sino puede que salga la borde que hay en mí. Pobrets.

- Me encanta leer. Mi madre ha llegado a esconder libros para que dejara de leer. Ahora leo menos. No por eso, por falta de tiempo.

- Me dan miedo los perros y los caballos. Lo primero, lo voy superando con los años. Los pequeños, los tolero. Los grandes, algunos. Los caballos, no, me dan miedo. Pero me encantan.

- Me encanta adivinar lo que me regalan. Ah, y si no me gusta, lo digo. Y aunque no lo diga, se me nota en la cara. Lo intento controlar porque la gente se suele molestar.

- Me gusta enseñar. De pequeña quería ser profesora. Lo llevo en la sangre, aunque no me dedique a ello.

- Me gustan los niños, aunque no tenga. De siempre.

- Me voy guardando las cosas y, únicamente exploto cuando ya no puedo más. Introversión lo llaman.

- Mi amiga la psicóloga dice que soy una justiciera. Nunca antes me lo había planteado, pero desde que me lo dijo, me he dado cuenta de que así es.

- Mi color favorito es el azul. Me encanta el azul, menos el marino.

- No me entiendo ni yo, así que no tratéis de entenderme. Si yo puedo vivir con ello, vosotros también. 

- No sé resumir. No me pusieron el gen. Siempre que voy a contar algo, y no quieren que me extienda, me dicen: La versión corta, plis. Que será larga, pero saben que, aún así será más corta que la larga.

- No soporto la autoridad. El "tienes que hacer esto porque lo mando yo". Me supera. Sale algo de mí que me obliga a hacer lo contrario de lo que me dicen.

- ODIO el rosa. Bueno, ahora lo tolero un poco, pero muy poco.

- Soy cabezona. Caparruda. Cap quadrada. Mucho. Lo admito. Pero también razono y, a veces, aunque vea que no tengo la razón sigo en mis trece. ¿Eso es ser un poco orgullosa? Pues vale.

- Soy científica de carrera pero no de profesión.

- Soy rara. De toda la vida. Eso me han dicho siempre. Y no entiendo la razón. Para mí soy de lo más normal. ¡Qué rara es la gente!

- Soy tranquila, en apariencia. Bueno, sí lo soy, y paciente (menos con la informática). Dicen que proyecto tranquilidad. No sé.

- Soy zurda. De siempre. Pero nunca me he sentido diferente por serlo.

- Tengo forma de pera. Desde mi adolescencia mi talla mínima es la 42. He aceptado mi forma, pero con 15 años era un poco triste ir a tiendas de "señoras" a comprar la ropa.

- Tengo mi propio ritmo, para todo. Muchas veces no coincide con el resto de la Humanidad. Si voy a mi ritmo, BIEN. Si me imponen el ritmo, la cago.

- Tengo una enfermedad rara. A lo mejor por eso soy rara. Mastocitosis se llama.

- Tengo una hermana. La llamo de muchas maneras, aparte de por su nombre abreviado. Cuando me enfado con ella, la llamo por su nombre completo. Desde pequeñas ha sido así. Cada vez nos parecemos más, y no sólo en los rasgos físicos. Y eso me preocupa. Ella es la seria y responsable. Yo soy la cabraloca despistada.

- Vivo en mi mundo particular. Nisi lo llama Acuarilandia. De vez en cuando bajo al mundo real. Y es así.

- Vivo en pecado. Este será el décimo año. ¿Tantos?

Y esto es todo. Disfrutad del viernes, yo lo voy a intentar.

martes, 27 de enero de 2015

El destierro. Capítulo 2: El retorno.



La dama rebelde estaba contenta, muy contenta. El príncipe calzonazos le había concedido un tercer grado permiso para regresar al Reino durante una semana seguida. ¡Una semana seguida! La dama rebelde no cabía de gozo en sí. Una semana, una semana.


Así que regresó a palacio con el resto de Damas y Caballeros y disfrutó como nunca de esa semana. No le daba el permiso para pasárselo en grande, se lo daba porque la necesitaba. Vamos, porque necesitaba que le acabara los trajes de gala que había comenzado un par de meses antes. Pero no eran trajes de gala normales, no. Eran trajes de gala elaborados para ofrecerlos como presente a un reino vecino, el Reino del Reciclaje.



Como las relaciones entre ambos reinos eran muy buenas, el príncipe calzonazos no quería que se deterioraran, así que sacó durante unos días a la dama rebelde del destierro y se la llevó porque él no sabía elaborar los trajes de gala. Y mucho menos, rematarlos. De hecho, le había pedido también que revisara si estaba bien hecho el traje de gala que había cosido uno de los Caballeros. La Dama rebelde sabía que ese Caballero, concretamente, daba las puntadas demasiado rápidas y no se fijaba mucho, así que suponía que encontraría algún fallo, y así fue.



La Dama rebelde ayudada por la Dama Bichóloga, se dedicó a elaborar sus trajes de gala pendientes. Tuvieron un pequeño problema al principio: ¡Las telas no eran las que habían encargado! Pero ya no había tiempo de encargar más telas, así que tuvieron que hacer un pequeño apaño que, por cierto, quedó muy pero que muy bien. ¡Menos mal que la Dama bichóloga era hábil con la aguja! Y, además, revisaron y arreglaron el traje erróneo de su compañero, cosa que les llevó mucho trabajo, aunque quedaron satisfechas del resultado.

Muchacha cosiendo en un huerto de Edmund Tarbell C. 1891


Fue una semana de mucho trabajo para la Dama rebelde pero se levantaba feliz sabiendo que no tenía que irse al destierro. Ah, y lo mejor de todo vino al final de la semana. A la Dama rebelde se le concedió un permiso vacacional y no tenía que volver al destierro en dos semanas y media. Oh, casi un mes en Palacio. No se lo podía creer.



Quiso aprovechar tanto ese tiempo vacacional, que acabó agotada. Estuvo haciendo cortos viajes a los pueblos vecinos para comprar viandas, pasear por sus calles, visitar a parientes y amigos. No paró casi en Palacio. Únicamente para dormir y, según el día, ni para eso. Disfrutó y se lo pasó en grande.



Pero todo lo bueno se acaba, y tras el permiso vacacional la mandaron de nuevo al destierro. La Dama rebelde estaba tan bien que no quería volver pero, por suerte, la vuelta fue tranquila. Demasiado tranquila, y eso le escama.



Los Caballeros del Destierro no le hicieron mucho caso. Antes de los permisos la llevaban en volandas. La Dama curta prácticamente no le habló, pero es mejor así. Las Princesas y el Rey estaban desaparecidos... También disponían de jornadas vacacionales. Así que volvió y pasó desapercibida (en la medida que pudo).



Así que la Dama rebelde se sintió en parte tranquila, en parte preocupada con esta calma chicha. Pero ya se verá lo que pasa. Mientras, disfruta de esa momentánea paz.


Continuará…

miércoles, 21 de enero de 2015

Mis pendientes y yo

Me encantan los pendientes. De toda la vida. Desde muy pequeña. Pero no me hicieron agujeros en las orejas. Así que veía esas niñas con esos pendientes tan bonitos y me moría de envidia, de la gorda. 

Después, en mi época adolescente me ponía de esos pendientes de pinzas con perlas, que todavía conservo, y me sentía la adolescente más feliz del mundo mundial. Pero claro, las otras adolescentes de orejas agujereadas con esos pendientes tan bonitos me daban también envidia, de la gorda. 

Y, claro, ¿por qué no me hacía agujeros? Pues porque me daba un poco de miedo. Y cuando eres menor te tienen que dar permiso para esas cosas. Al menos, antes. 

Así que pasaron los años, y tenía una gran variedad de pendientes de pinzas que, por cierto, cada vez me parecían más feos. E iba a las tiendas y había millones para las orejas agujeredas y sólo unas decenas para las pinzadas, como yo. Y me seguía muriendo de envidia, de la gorda.

Y un día, cuando tenía unos veinte añitos me cansé, y le dije a mi madre: Mamá, vamos a la farmacia que me quiero hacer agujeros. Y allá que fuimos. Y me agujerearon las orejas, un agujerillo en cada, y me pusieron unos pendientes dorados de esos antialérgicos que tenía que llevar un mes, o algo así, ya no me acuerdo. Y yo ya tenía preparados mis primeros pendientes "de verdad", esperando a que se pasara ese período en que las heridas cicatrizaran y no se infectaran.

Y al fin llegó el día. Y me puse mis primeros pendientes "de verdad". Unos pendientes plateados con piedras negras, largos. ¡Qué bonitos eran! Y qué bien me quedaban, o eso me  parecía a mí. 

Desde entonces, he ido comprando muchos pendientes, muchos. También me han regalado muchos. Tengo pendientes de diferentes países (mi hermana es mi principal suministradora) y continentes. A lo largo de los años, algunos se me han roto, pero la mayoría están intactos. 

No me gusta el oro. Lo admito. Soy más de plata. O de oro blanco (ese sí). Y de pendientes barateros, de esos de mercadillos y demás. De muchos colores. Más serios. De vestir. De cada día. Incluso tengo para ir a la playa. ¿Y quién va con pendientes a la playa? Pues mi madre y yo, que para eso soy su hija. En fin, que soy una fanática y no me canso de comprar pendientes (la mayoría barateros, que así puedo tener más).

¿Y a qué viene este homenaje a mis pendientes? Pues nada, que hoy se me ha olvidado ponérmelos. Y cuando iba en el coche me he dado cuenta. Y he pensado, ¡noooooooooooo! Y luego me ha pasado por la cabeza, ¿no llevaré algunos olvidados en el bolso que, aunque no peguen nada, me los pienso poner? Pues no. Y ha sido como una hecatombe. Y ya he llegado al trabajo de otra manera porque me sentía como desnuda.

Y es que, no sé vivir sin pendientes. Y eso que cuando los llevo ni me doy cuenta e, incluso, me dicen ¡qué bonitos pendientes, aras! Y me tengo que tocar los pendientes porque no me acuerdo cuáles me he puesto.

Pero si no llevo, ¡ay si no me los pongo!. Toda la mañana tocándome las orejas, y pensando, ¡Menos mal que hoy salgo a las 15 h y luego me voy a casa! Y allí tengo pendientes. Muchos. Y me podré poner unos, y ya no sentirme en pelotillas. 

Cada cual con sus manías, oiga. 

Ah, y para mis cuarenta ya me he hecho mi auto-regalo: Unos pendientes preciosisísimos de plata y algo de oro blanco, cuyo precio va en función del peso que tengan. ¿Cómo te quedas? Pues como me quedé yo cuando pregunté el precio. Que nunca me había comprado pendientes al peso. Y es que para los 40 quería un auto-regalo especial. Y tan especial. ¿Cuándo los estrenaré? Pues el día de mi cumple, ¡cómo no!

Y ya. 

Bueno, os dejo la foto de mi auto-regalo, por si alguien todavía no los ha visto.

martes, 20 de enero de 2015

De fiestas patronales y cosas de esas

Hoy no es festivo en el pueblo, pero yo tengo fiesta. Vamos, que no trabajo. ¿Por qué? Pues porque hoy es el patrón de la ciudad en la que nací, en la que trabajo pero en la que no vivo. Hoy es Sant Sebastià. Así que hoy tengo libre... Y ayer me fui de fiesta.

No sé qué pasa últimamente, pero lleva dos años seguidos lloviendo la noche de la gran fiesta palmesana. Eso no impide que la ciudad salga a la calle cargada con su "kit de torrades", se coma su sobrassada, su botifarró o su panxeta bien torradillos en el fuego, o caliu, como se dice aquí. Además, no falta un buen paraguas, abrigarse hasta las orejas y agenciarse un buen calzado. Y así, te plantas en el centro de la ciudad y te vas paseando por todas sus plazas, con la iluminacion de Navidad todavía puesta, y encendida.

Es una noche muy divertida. No recuerdo ninguna Revetlla de las que he ido, y ya son muchas, en que me lo haya pasado mal. Siempre me lo paso bien. Siempre hay un motivo (o más) para estar contento esta noche. Y, la verdad, ya sales predispuesto a pasarlo bien.

Así que ayer por la tarde-noche me preparé para disfrutar y ver si el tiempo respetaba la Revetlla. Pero bueno, cogí el paraguas, no quería empaparme hasta los huesos si llovía. Y este es mi resumen de esa gran noche:

Punto de reunión con la friki pandi: Pza. Mayor. Donde el alcalde enciende el "fogueró" principal, donde hay la música folk, donde voy a ballar antes de cenar. Es la primera que "se activa" y, durante muchos años, ha sido la última en acabar. 



Bailar hasta que llueve. Bailar lloviendo. Mojarse. Reírse. Volar sobre el suelo. Somiar amb els peus.

Pensar que lo de montar escenarios cubiertos es una gran idea. Sólo queda cubrir las plazas.... Hmmmmm... No.

Cenar en nuestro habitual de esta noche. L'Ambigú. Tener suerte y encontrar una mesa. ¡Con lo pequeño que es! Tapas. Pinchos. Fotos. Más risas. "Me perturbas el servicio".  Planear próximo viaje. Una cerveza y una copa de vino. Colocón, colocón. Lluvia exterior.


Descubrir un grupo de música que me encantó, Blaumut. Silbar canciones desconocidas. Bailar al ritmo de su música. 


Ir a dar una vuelta sin lluvia viendo grupos mallorquines clásicos, cantantes de La Voz en plazas oliendo a porretes, grupos de aquí con nombres de allá, fiestas alternativas, gente, gente y más gente.

Volver a la plaza Mayor y disfrutar durante un rato de Marta Elka y Le Carromato, hasta que el sueño te puede y decides ir a ocupar la casa de tu hermana y no volver al pueblo esta noche.


Y de vuelta, llueve. Y duermes en camas hermaniles ajenas.Y sigue lloviendo cuando te levantas. Y okupas su sofá. Y piensas que qué pena que esté en la Ciudad Eterna y se haya perdido esta noche. Y piensas que la Ciudad Eterna es muy bonita, y que se lo estará pasando bien (aunque trabaje). Y que el año que viene ya disfrutará de esta noche.


 Y te vas con tus friki amigos a tomar un chocolate con porras. Y comentas la noche. Y el sueño que tenemos todos porque nos hemos levantado para tomar el chocolate. Y fuera sigue lloviendo.


Y vuelves al pueblo. Y te paras a hacer la compra, porque en el pueblo no es fiesta. Y llegas a casa y te pones el pijama. Y, claro, después te echas una siesta de dos horas que hace historia. 



Y sabes que el año que viene volverás a disfrutar de esta fiesta. O al menos eso es lo que quieres. Y, en el fondo, piensas que te gusta eso de que el patrón sea en invierno. Y te relajas, que mañana curras.

Molts d'anys a tots!

lunes, 5 de enero de 2015

Películas encadenadas 7

En el primer post de este año toca una nueva tanda de películas encadenadas. Las últimas de 2014. Ha habido de todo en esta tanda, buenas, regulín y malas, muy malas. Vamos allá.

Damiselas en apuros (Damsels in Distress, 2011). Película dirigida por Whit Stillman. A mí me pareció así, así. Un poco locura. Un poco tonta. Un poco diferente. Un poco de todo. Ni fú, ni fa, aunque el número musical final lo encontré divertido.
 
 
Agosto (August: Osage County, 2013). Dirigida por John Wells. Peliculón. Dramón. Me pareció una película muy dura. Meryl me encanta, así que, ¿qué voy a decir? Gran papel para la Streep. Julia Roberts también muy bien. Sale Ewan, that's good. Película coral con actores buenos, muy buenos. Personajes bien construidos. Buen argumento. Me gusta. 

Un desmadre de viaje (The Guilt Trip, 2012). Película de Anne Fletcher protagonizada por Seth Rodgen y Barbra Streisand. Todavía me pregunto cómo grabé esta película. Ni fu ni fa. Para ver una tarde de finde durante la siesta. No tiene más pretensiones. En fin... Veo que las últimas del año no han sido muy así.


 
3 bodas de más (2013), de Javier Ruiz Caldera. Comedia española protagonizada por Inma Cuesta (bichóloga marina que estudia las langostas... Mira Nisi, casi como tú), que resulta entretenida. El argumento no es nada extaordinario, pero la película en conjunto está bien. Salen un par de actores que me gustan, Quim Gutiérrez sobre todo, y es entretenida, la verdad.

Lobos de Arga (2012) de Juan Martínez Moreno. En fin. Sólo voy a decir que no me gustó nada de nada de nada, a pesar de que los actores sí me gustan. Y ya.





Insidious 2 (Insidious: Chapter 2, 2013) de James Wan. No soy mucho de pelis de terror pero, de vez en cuando, me doy el gusto de ver alguna y, además, sola en casa. Soy lo peor. La primera parte me gustó bastante. La segunda parte, no está malamente pero es un poco más de lo mismo. En esta parte se resuelven las incógnitas que se te generan en la primera.Y eso es BIEN. La verdad es que me gustó. Pasé un poquitín de cague, pero está bien. Patrick Wilson haciendo de malo da miedito. Como en la primera parte, te da pie a hacer una tercera peli, que sí, que se ha hecho y que se estrenará en Junio de este año. Diferente director, diferentes actores... ¿aprovechando el filón? 

Sinister (2012) de Scott Derrickson. Otra de terror. Parece ser que a final de año me vuelvo masoca y me pongo a ver pelis de miedo. Esta peli sí que da miedo. Es más un terror psicológico que real. Bueno, a los 15 min de empezada la película me imaginaba cómo iba a ser el final y no fallé, la verdad. Pero da cague la historia en sí. Un escritor de historias truculentas se muda con su familia a un pueblo donde ha pasado una de esas historias. Y, para más INRI, la casa es la misma donde pasaron esos episodios horribles. Resumen, tenemos un escritor (Ethan Hawke) que es un pelín masoca. Va investigando y... Hasta ahí puedo leer. La verdad es que me gustó, a pesar de que no sea mi género favorito.

Blancanieves (mirror, mirror) (Mirror, mirror, 2012) de Tarsem Singh. Me gustó bastante. Es una Blancanieves un poco diferente y eso me gusta. La Blancanieves de la historia no es una princesa típica de cuento de hadas. Es luchadora y emprendedora. La estética de la película me gusta. Además, es una película positiva. Y el número musical del final me encantó (I Believe in love), y me recordó a mis clases de Bollywood... Luego me enteré de quién era el director, jejeje. Muy recomendable, la verdad.

Lo mejor de Eva (2012) de Mariano Barroso. Thriller español protagonizado por Leonor Watling y Miguel Ángel Silvestre.  La protagonista, Eva, es una jueza que cuenta su primer caso cuando obtuvo la plaza de jueza y el cambio personal que le provocó dicho caso. Me gustó. Es una buena película. Te mantiene en vilo hasta el final porque no sabes muy bien cómo acabará. Se ve la evolución del personaje principal, Eva, durante la película. Bien escrita, buenos personajes, bonita fotografía. Muy recomendable.



 La gran estafa americana (American Hustle, 2013) de David O. Russell. Película larga, muy larga, pero peliculón de los que no te puedes perder. Muy buena. Me encantó. Tengo que confesar que, a pesar de nominaciones, premios y demás, no las tenía todas conmigo, pero me encantó. Te engancha, quieres saber cómo acaba, qué pasa con todo el mundo. ¿Qué decir de Christian Bale, Bradley Cooper, Amy Adams o Jennifer Lawrence? Y si, además, van saliendo a lo largo de la película otros actorazos como Robert de Niro, por ejemplo, pues va sumando puntos. Ah, y la música es de Danny Elfman, habitual de las pelis de Tim Burton. ¿Qué más se puede pedir? Vedla, ya.

La ladrona de libros (The Book Thief, 2013) de Brian Percival. No suelo ver películas cuyos libros haya leído previamente pero, me gustó tanto el libro, que no pude evitar ver la película y poner en imágenes lo que había leído. La película está bien. Muy bonita, muy cuidada. Triste, como el libro. Pero no es un peliculón. Me gustó, no lo voy a negar, pero el libro me gustó más. Y eso es lo malo. Ah, y la música es de John Williams, espectacular como siempre. Peli muy recomendable, pero leeros el libro.


Y con esta película, se acaban las del 2014. Veremos qué nos depara el 2015. Ya os digo que ya tengo alguna vista... Para el próximo post.

Sed buenos, que vienen los Reyes.