lunes, 22 de septiembre de 2014

Expresiones lingüísticas de Sa Roqueta. Segunda parte.

Hace cosa de año y pico escribí un post con algunas de las expresiones que utilizamos por esta isla mediterránea y que, en cierta manera, pueden llamar la atención. Así que he pensado que ya iba siendo hora de escribir una segunda parte para que, si venís algún día pro aquí, y habláis con los lugareños, nos podáis entender. 

Una de las cosas que no llevamos muy bien para el resto del planeta son las cantidades, y especialmente, cuando hablamos de pares. Aquí, un par no es lo mismo que en el resto del planeta. Un par nunca, pero nunca son dos. Y, aunque no os lo creáis, si no queréis sufrir las consecuencias, no lo empleéis si no estáis completamente seguros. 

Para ilustraros un poco os pondré un par de ejemplos, no, no, quiero decir, 2 ejemplos:

- Vas a una tienda a comprar, no sé, fruta, y pides un par de manzanas que tienen una pinta buenísima y, encima, están de oferta. Y van, y te ponen 3, 4... media docena. Cualquier cosa, menos dos. Pero si yo sólo quería dos, dices. No, me has dicho un par, te contestan. Conclusión: Si quieres 2, pide 2.

- Pasa lo mismo con el tiempo. Vas y compras un armario y te dicen: En un par de días te lo llevamos. Es decir, pueden ser 2, 3,... una semana. No se sabe. Más vale concretar una fecha y no dejar el tema al aire, no vaya a ser que cuando te lo traigan ya sea un modelo antiguo.

Otra cosa que nos diferencia es el concepto de lejos y cerca. Aquí todo está "enfora" (lejos). 50 km es como irse al fin del mundo. Y, aunque ya era consciente de ello, desde que vivo en el pueblo soy más consciente porque a la gente le da pereza venir a verme porque estoy "molt enfora" (muy lejos), es decir, a unos 40 km de Ciutat. Ah, ¿y sabéis cómo se dice cuando se habla de un sitio que está muy, pero que muy lejos? En la otra punta de la isla, por ejemplo. Pues, "a ca una puta". Vamos, que si voy es por obligación y tempranito, no sea cosa que me tenga que quedar a dormir. 


También hacemos distinción entre los extranjeros (guiris) y los peninsulares (forasters). Hay pueblos, como Pollença, que todavía van más allá. Para los mallorquines que no somos pollencins, se nos llama "foranis" (foráneos). Por lo tanto, no hay que confundir a un guiri con un foraster o con un forani, cada uno es diferente. Hace años el término "foraster" era muy despectivo. Hoy en día se ha introducido más en el lenguaje habitual para hacer la distinción mencionada. Aunque los guiris y los forasters vivan aquí, se asienten, formen una familia en la isla, seguirán siendo guiris y forasters. Eso no cambia. Y para los hijos de forasters, como soy yo, hay algunos mallorquines de pura raza que dicen que también somos forasters porque no tenemos no sé cuántas generaciones de antepasados en la isla. Aquí podríamos entrar en un debate eterno, así que mejor dejarlo aquí. 

Ah, y la tranquilidad isleña (antes se llamaba "la isla de la calma", ahora no tanto), eso sí que puede desesperar hasta el más paciente. Es perfectamente posible que vayas a un bar o un restaurante y estés media hora sin ser atendido (sobre todo, en temporada baja). Recuerdo hace unos años, que estábamos de paseo Nisi y yo con nuestros padres y nos paramos en una terracita a descansar y, si se terciaba, a tomar algo fresco. Pues nada, estuvimos como media hora, o más, y no se acercó nadie a la mesa, así que cuando estuvimos descansados, nos fuimos tranquilamente sin que nadie nos dijera nada. Y es así. 

Y, por último por hoy, el berenar. Se puede traducir como merienda, pero también es el desayuno. Por la mañana, berenes, por la tarde, berenes. Aquí no hay almuerzo, no hay merienda, no hay desayuno... Siempre berenes. Vamos, que parece que comemos todo el día, porque hay veces que berenes y vuelves a berenar. En mi caso, no desayuno, me tomo un café antes de salir de casa, y luego hago un berenar (me llevo mi bocadillito con mi fruta). De hecho, si te preguntan a media mañana: Has berenat? Muchas veces contestas, No, sólo he tomado un café. A lo mejor resulta extraño, pero a mí me parece de lo más normal.  Ah, y que no se me olvide, si haces un buen berenar, puede ser que ni siquiera comas. Uno de los más conocidos es el del Cafè Vilanova en Esporles...  A ver quién se atreve luego a comer al mediodía...


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