domingo, 4 de mayo de 2014

Mi madre. Nuestra madre.

Llevo todo el día pensando en escribir algo sobre mi madre porque, como todos ya sabéis, hoy es su día y nunca escribo nada sobre ella. Y para mí, mi madre es la mejor del mundo mundial porque...

...nos reímos por tonterías y, muchas veces, no podemos parar. Ella dice una, y yo digo una más gorda... y así nos reímos y reímos. Me gusta ver reír a mi madre, me gusta hacerla reír y me gusta que nos riamos juntas (con Nisi, claro, siempre es mejor).

...es adivina. Ella lo sabe. Yo no se lo he dicho. Pero lo sabe. Lo que sea. Da igual. Tiene un sexto sentido hacia nosotras que es difícil de explicar, por eso, nuestra madre es adivina. Por eso le dijo a Nisi que se llevara un paraguas a África porque iba a llover. ¿Llover, mamá? Sí, va a llover. Y Nisi no se lo llevó. Y llovió. Y mucho.

...me siento en el sofá después de comer con ella y me duermo sobre ella. Y no dice nada, aunque se le duerman los brazos, las piernas. Me deja dormir, y estoy tranquila, porque sé que me está cuidando, que me está protegiendo. En esos momentos vuelvo a ser una niña.

...nos protege, nos cuida, tanto a Nisi como a mí. Aunque vayamos acercándonos a la cuarentena, da igual. Aunque ella se acerque a los 80. Sigue cuidándonos, preocupándose. No comas esto que te caerá mal. Tápate bien para no coger frío. ¿No vas muy descocada? 

...hace la mejor fabada del mundo mundial. Y es así. No hay discusión.

...nos ha enseñado palabras que en nuestra isla no se emplean. Palabras que vienen del norte y que no ha perdido en los 45 años que lleva aquí. Furacu. Arbeyinos. Ye. ¡Coño! Y tantas otras. Y el acento, ese acento que no desaparece. Ese origen que todavía perdura y que, para mí, es mi segunda tierra.

...es habladora. Es sociable. Es simpática. Habla donde sea y con quien sea. En el autobús. En el súper. En el banco. Da igual. Se acerca alguien y lo atrapa con su magnetismo. Y se cuentan la vida. Me encanta. Yo no soy así, y por eso me gusta.

...nos podemos pasar horas hablando por teléfono. De tonterías. De cosas serias. Riendo. Cotilleando. Planificando. Da igual, de lo que sea. 

...tiene unas manos para coser que no las tengo yo. Nos ha arreglado todos los pantalones que me he comprado en mi vida. Nos ha hecho trajes típicos de la isla con sus manitas (ya llevo unos cuantos). Nos ha cosido disfraces y disfraces. Cualquier cosa. Hoy me ha dicho cuando me iba de su casa, ¿No tienes ningún pantalón para que te arregle? No, mamá, pero no te preocupes que alguno encontraremos.

...es muy coqueta. Lo más de lo más. Tiene más cremas y potingues de los que yo tendré jamás. Tiene su neceser con potingues para la playa, y para después de la playa. Siempre lleva un pintalabios en el bolso. Ayer fue a la peluquería porque hoy nos íbamos de parranda. Es así, y me gusta. De pequeña la miraba cuando se arreglaba. 

...es inocente. Sigue siéndolo con 77 años. Y me encanta. A veces se hace la inocente, y lo hace muy bien, pero muchas veces lo es. Es natural. Es fresca.

...le brillan los ojos cuando está contenta. Y es bonito. Le sonríen y te da confianza. Tiene luz.

...nos enseñó a amar la lectura, la música, el cine desde bien pequeñas. Toda mi vida he leído, toda mi vida ha habido música en mi casa. Y desde bien pequeñas hemos ido al cine. Y siempre con mi madre. 

...no le van las nuevas tecnologías, y es divertido. Se lía. No le gusta. Aprende algo, pero lo que no quiere aprender, lo obvia. Y, a veces, piensa que la tecnología está más avanzada de lo que realmente está. Como el otro día. Mi padre hablaba por el móvil con Nisi. Mi madre hablaba conmigo por el fijo, y la oigo decir a mi padre: Acerca el teléfono aquí, así podrán hablar Nisi y Aras. Inocencia tecnológica. ¡Qué risas! 

...es mi madre y la quiero. Y ya está. No hace falta nada más. No es perfecta, yo tampoco, pero si lo fuera no la querría más. Me gusta cómo es y es por eso porque le dedico este post en un día como el de hoy.

¡Feliz día mamá! Que sigamos así mucho tiempo más.

En la foto, uno de los lugares que hemos estado en este día espectacular: Sa Foradada desde el mirador.


2 comentarios:

  1. Qué bonito... qué pena no haber estado con vosotros en su día, pero sé que lo habéis pasado bien.
    No me llevé el paraguas a África, creí que su superpoder de adivinación fallaba. Y no.
    ¿Quién se acerca a la cuarentena? Serás tú, a mí me queda mogollón...

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    1. Bueno, hay muchos días.
      Lo del paraguas ha sido un fallo. Quería poner... NO se lo llevó y lo puse mal... Rectifico.
      Claaaaro... 1000 años por lo menos... Endevé.

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